En Bolivia, Ecuador y Venezuela se han aprobado en los últimos 5 meses nuevas constituciones que si bien garantizan los derechos individuales (propiedad, libertades, etc…), están centradas en los derechos sociales, promueven la igualdad y posibilitan la participación política popular.
Por Ariel Caniza – acaniza(a)gmail.com
1/3/2009
El 28 de septiembre del 2008 se realizó en Ecuador una consulta popular para refrendar el texto constitucional elaborado por la Asamblea Constituyente reunida especialmente para este propósito. Era una de las promesas electorales fundamentales del presidente Rafael Correa. Exactamente 119 días después, el 25 de enero de este año, el gobierno de Evo Morales impulsó el mismo mecanismo electoral para refrendar la nueva constitución, obteniendo una victoria clara, igual que su colega ecuatoriano. Por último, 21 días después de lo acontecido en Bolivia, el presidente de la República Bolivariana de Venezuela obtuvo una victoria similar al aprobarse una nueva constitución en el país caribeño.
En 5 meses, tres países distintos aprueban con márgenes electorales apreciables (Venezuela 55-45; Bolivia 61-39; Ecuador 70-30) nuevas constituciones. Ahora bien, ¿qué tienen en común? Más allá de algunas diferencias apreciables (por ejemplo en Venezuela se aprobó la posibilidad de reelección indefinida, mientras que en los otros dos países no), las tres nuevas constituciones son, por un lado, netamente garantistas de los derechos sociales y por el otro promueven un sistema democrático mucho más directo, con más participación por parte de los ciudadanos. Desde lo jurídico, están centradas en las libertades positivas (es decir aquellas que se definen por la capacidad de hacer algo) y dejan en segundo lugar las libertades negativas (aquellas que se definen por la ausencia de oposición).
(...)
Versión completa en www.PeriodismoUrbano.com.ar
Por Ariel Caniza – acaniza(a)gmail.com
1/3/2009
El 28 de septiembre del 2008 se realizó en Ecuador una consulta popular para refrendar el texto constitucional elaborado por la Asamblea Constituyente reunida especialmente para este propósito. Era una de las promesas electorales fundamentales del presidente Rafael Correa. Exactamente 119 días después, el 25 de enero de este año, el gobierno de Evo Morales impulsó el mismo mecanismo electoral para refrendar la nueva constitución, obteniendo una victoria clara, igual que su colega ecuatoriano. Por último, 21 días después de lo acontecido en Bolivia, el presidente de la República Bolivariana de Venezuela obtuvo una victoria similar al aprobarse una nueva constitución en el país caribeño.
En 5 meses, tres países distintos aprueban con márgenes electorales apreciables (Venezuela 55-45; Bolivia 61-39; Ecuador 70-30) nuevas constituciones. Ahora bien, ¿qué tienen en común? Más allá de algunas diferencias apreciables (por ejemplo en Venezuela se aprobó la posibilidad de reelección indefinida, mientras que en los otros dos países no), las tres nuevas constituciones son, por un lado, netamente garantistas de los derechos sociales y por el otro promueven un sistema democrático mucho más directo, con más participación por parte de los ciudadanos. Desde lo jurídico, están centradas en las libertades positivas (es decir aquellas que se definen por la capacidad de hacer algo) y dejan en segundo lugar las libertades negativas (aquellas que se definen por la ausencia de oposición).
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